Se cumple este año 2020 veinte décadas de la existencia de la Masonería en la isla de La Palma. Aunque no está probado documentalmente, parece que la Masonería llega a la Isla con los 200 soldados y oficiales franceses, que habiendo intervenido en la invasión napoleónica, fueron capturados y confinados en esta isla el año 1810.
Se confirma la existencia pocos años después. Un informe de la Real Audiencia de Canarias acredita que en 1823 hay en la Isla una “Sociedad de Francmasonería”. En el mismo se citan a Nicolás Massieu, Regidor, Joaquín Saura, Administrador de Aduanas, Antonio Barreda, criado del anterior, al Sr. Linares, Alcalde Mayor, y a José María Rodríguez.
Se habla también de una disputa entre franceses, Martín -barbero- y otro -tendero- por querer el primero que el segundo se afiliara a la logia.
Durante la conversación previa se dice que el lugar de reunión era la casa de Massieu los martes a las 01:30h y acudían los Rodríguez (padre e hijo), Luis Vandewalle, Joaquí Saura, “quien leía un librito“, Juan Verdugo, recién recibido de Tenerife y el Beneficiado Rocha. Describe además la ceremonia de entrada, advirtiendo que no se asustara pues le vendarían los ojos. Que Martín, el barbero, hacía las veces de Guardián “quien golpeaba la puerta con señales para poder entrar“.